CAPITULO I
En un lugar de la mancha en una hacienda grande vivía un Hidalgo de edad de 53 años, un ama que pasaba de los 40 su sobrina que no tenía más de 20 años y un mozo de campo y plaza. Las mujeres del hogar realizaban sus actividades en la cocina donde distribuían las comidas de la semana, donde una olla de algo que más de vaca que carnero.
Hidalgo en los tiempos de ocio se pasaba leyendo muchos libros de caballería le encantaba leer las historias y entender cuál era las razones de algunas frases, descuidaba la administración de su hacienda y comía poco por estar leyendo sus libros, para adquirir mas libros vendía sus tierras y así tener una colección de libros de caballería pasaba día y noche se quedaba en vela, unos de libros que le parecía tan bien era Feliciano de Silva porque la claridad de sus prosas y aquellas razones eran confusas y donde hay una parte que le parecía un desafío <<La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura, Y también cuando leía>> .
Así de dormir poco y leer mucho al hombre ya no estaba en sus cabales, solo pensaba en aventuras de fantasías, batallas, desafíos, amores, etc.,
Y no se le ocurrió mejor cosa que convertirse el mismo caballero andante, salir a caminar por el mundo en busca de peligros cobrando nombre y fama. Comenzó a prepararse para la aventura, limpio unas armaduras oxidadas de su bisabuelos, luego fue a ver a su rocín un caballo flaco y no tan fuerte que digamos al que le debió poner un nombre donde paso días en imaginar y bueno hasta que se le vino a la mente ROCINANTE y bueno él también tendría que tener un nombre de caballero de mucho pensarlo se llamó DON QUIJOTE DE LA MANCHA.
Don Quijote venia de su apellido Quijano y de la Mancha de donde venía y para ser un caballero completo lo que le faltaba era de estar perdidamente enamorado. Fue donde hallo su amada una vecina del otro pueblo una moza labradora de muy buen parecer de que un tiempo atrás la observaba andaba enamorado se llamaba Aldonza Lorenzo dándole un nombre de princesa y gran señora llamándola DULCINEA DEL TOBOSO porque su nombre era significativo, músico y peregrino y Del Toboso porque era natural de allí.